La situación
de la educación universitaria en España es poco prometedora,
sin embargo situaciones como la ocurrida
en la Facultad
de Educación de la ULe
revelan
que los problemas existentes en la esfera educativa, además de ser
primordialmente económicos por la introducción de las sangrantes y
elitistas reformas –LOMCE, 3+2, Estrategia educativa Europea 2015-,
se vienen arrastrando desde la propia configuración del sistema
educativo. Todas las leyes educativas que regulan la impartición de
esta llevan en su interior un engendro, que en
este caso fue concebido durante la etapa
del nacional-catolicismo, mediante la firma de un Concordato con la
“Santa Sede” que otorgaba todo tipo de beneficios a las
instituciones eclesiásticas, sobre todo por medio de concesiones que
permitían al estamento religioso adoctrinar a la población desde
las aulas. Por desgracia, el problema no acaba aquí, sino que la
mayor parte de esos privilegios no fueron abolidos durante la
Transición, al contrario, en 1979 el Estado español firmo una serie
de acuerdos con el Vaticano que permiten la impartición de la
asignatura de religión católica fundamentando este
hecho en la libertad de conciencia. El
contenido de esta materia es elaborado y escogido por la Conferencia
Episcopal, aun siendo una asignatura impartida en aulas públicas,
pero el colmo de la historia reside en que los profesores encargados
de transmitir los conocimientos al alumnado son cooptados por la
Conferencia Episcopal y retribuidos con un salario que se
distribuye desde el Estado.
Desde AEU,
tras recopilar la mayor cantidad de datos que nos ha sido posible
sobre los hechos que han ocurrido en la Facultad
de Educación –
lo cual ha sido difícil ante la confusa información transmitida por
diversos medios y organizaciones, nos vemos obligados a denunciar
esta situación y apoyar a los
compañeros que han sufrido esta
injusticia por parte de la administración,
no permitiéndoles estudiar la asignatura que han solicitado a
principio de curso por falta de los suficientes alumnos para
impartirla. Con el objetivo de que situaciones de este tipo no
vuelvan a ocurrir, desde AEU reivindicamos la laicidad total y
absoluta, no permitiendo bajo ningún pretexto el adoctrinamiento
eclesiástico. Unido a esta
denuncia, exigimos la enseñanza de todas
las asignaturas que se ofertan a principio de curso sin establecer
listones de tipo numérico; el único factor que puede alterar la
oferta de materias educativas es la adecuada formación de todo el
alumnado.
Nos
reunimos todos los jueves a las 14:10 en el hall de Filosfía y
Letras